1. Es usted empleado de Lex desde hace 25 años, ¿Ha cambiado mucho la especialización de los profesionales jurídicos laborales en este tiempo?

Sin duda que ha cambiado mucho, tanto desde el punto de vista de los conocimientos jurídicos, como del de las aplicaciones informáticas que es preciso conocer y manejar con pericia.

Jurídicamente, la normativa laboral es más compleja que la de hace 25 años, ya que el legislador pretende dar respuesta a una realidad social en continuo cambio; más aún tomando en consideración que el Derecho suele ir por detrás de la realidad.

Desde el punto de vista de la gestión, cada vez son más las herramientas informáticas que hay que utilizar, no solamente programas de gestión de nóminas, procesadores de texto y hojas de cálculo, sino también todos aquellos que la Administración Laboral obliga a utilizar a empresas, trabajadores y profesionales (Sistema RED, Delt@, Contrat@, Certífic@, etc...)

2. ¿A qué es debido que haya tantos modelos de contratos y bonificaciones? ¿Esto es beneficioso o es perjudicial para las empresas?

A mi juicio, quizás a que los diferentes Gobiernos han intentado dejar su impronta en el marco de las relaciones laborales. Y la experiencia nos dice, que no pocos de esos contratos no tienen demasiada utilidad práctica.

Respecto a las bonificaciones de cuotas a la Seguridad Social, una gran mayoría fueron derogadas en el verano de 2012.

Y con relación a los modelos de contratos, al parecer, el actual ejecutivo está diseñando tres únicos modelos de contratos: uno para Prácticas y Formación, otro para contratos Indefinidos, y un tercero para Temporales. Sin embargo, en mi humilde opinión, no tengo la certeza de que esto vaya a aclarar el escenario actual de contratación, quizá al contrario, porque si con esos tres modelos hay que dar respuesta a toda la variedad de situaciones que se dan en la práctica, imagino que los contratos tendrán un mayor número de páginas y quizás haya que marcar tantas casillas, que podrán inducir a error.

En cualquier caso, si una empresa tiene como asesores a unos buenos profesionales no tiene nada que temer.

3. ¿No cree usted que en materia de convenios colectivos se ha evolucionado poco?

Todo depende del sector a que corresponda el convenio. En cualquier caso, creo que son una herramienta útil en las relaciones laborales, aunque quizá deberían no incorporar normativa que de por sí ya contempla la legislación laboral general (Estatuto de los Trabajadores y normas de desarrollo), y que es de aplicación común a todos los sectores y norma mínima a respetar.

Y a este respecto, y en materia de nuevas actividades empresariales, que antes no existían (actividades del siglo XXI), sería bueno que los ámbitos funcionales de los convenios ya existentes las fueran incorporando en su marcos, o que se negociaran convenios específicos para las mismas. Esto facilitaría el trabajo del profesional y daría mayor seguridad jurídica.

4. ¿Acabarán los convenios vinculando las subidas salariales a la productividad?

Si soy sincero creo que no; al menos los de sector profesional. Otra cosa son los Convenios Colectivos de Empresa o los Acuerdos Colectivos de Empresa, donde los objetivos son más identificables.

5. El lenguaje utilizado en los textos de los convenios, en ocasiones es muy técnico y deja a interpretación demasiadas cosas, ¿sería muy complicado crear textos fácilmente entendibles y con una estructura similar en todos?

Más que dejar de ser técnico, lo que debería ser es más claro. Un profesor de Derecho del Trabajo que yo tuve decía que junto al legislador y los negociadores de convenios tendría que haber un filólogo. Con una correcta redacción y conocimiento de la gramática española se ganaría mucho.

En cualquier caso, a veces son los propios negociadores los que, ante una falta de acuerdo, dejan una redacción ambigua con la intención de, en una futura controversia, hacer valer su tesis.

6. ¿Qué metodología sigue para conocer nuevas publicaciones laborales y estar “al día”?

Consultar todos los días los Boletines Oficiales, estar suscrito a una buena base de datos jurídica, a algunas revistas profesionales, y sobre todo leer y estudiar mucho. Si me permite la broma, un buen profesional del derecho laboral, antes de irse a la cama, no suele leer una buena novela, sino un buen Real Decreto Ley...

7. Sus clientes, al final, lo que perciben es que Lex es un departamento más dentro de su Empresa cualquiera que sea su ubicación,… ¿es este el éxito de Lex?

Sin duda, nuestros clientes están en contacto de forma permanente con LEX. La vía de comunicación es muy fluida, y les recomendamos que no duden nunca en llamarnos antes de tomar cualquier decisión. De hecho, muchas de nuestras respuestas y soluciones, salvo las que precisen una mayor estudio, se dan, si no de forma inmediata, en un plazo de 24 a 48 horas.

8. ¿Se avecinan muchos cambios en materia Laboral?

Desde mediados de los años 90 estamos en una permanente “Reforma Laboral”. No acabas de conocer a fondo una, cuando ya se está diseñando otra. El derecho laboral y de la seguridad social está muy presente en nuestras vidas; quizá más que ninguna otra rama del Derecho, por ello, sin duda que habrá cambios, profundos o no, pero cambios.

9. Aparte de su faceta como Asistente Jurídico interno en LEX ¿desarrolla alguna otra en el mundo del Derecho?

Si, suelo colaborar con publicaciones jurídicas: Aranzadi, Actualidad Laboral, Lex Nova, El Derecho, La Ley, etc.

En cierta medida hubiera querido dedicar parte de mi tiempo a la docencia jurídica. Por eso, siempre que alguna publicación me encarga un trabajo, me gusta ser eminentemente didáctico y práctico en mis exposiciones. Un profesor de Derecho Procesal nos aconsejaba que no olvidáramos esta premisa, y que cuando nos dirigiéramos a un cliente, auditorio o magistrado, lo hiciéramos como si la persona a la que habláramos no supiera nada de Derecho. Con todos mis respetos, y a mi juicio, el lenguaje engolado y excesivamente adornado, más que profesionalidad, denota cierta arrogancia hacia el que nos escucha o lee, por eso, huyo de él siempre que puedo.